El jefe máximo de la Iglesia Católica viaja acompañado por una comitiva de 30 funcionarios y colaboradores de la Santa Sede y unos 75 periodistas y permanecerá en Bogotá hasta el 8 de septiembre, cuando se trasladará a Villavicencio (centro) y el 9 de septiembre a Medellín (noroeste), mientras que el 10 de septiembre terminará su visita en Cartagena (norte).
La Nunciatura será el sitio de residencia de Francisco durante su permanencia en Colombia y en ella pernoctará cada noche antes de iniciar el viaje del día siguiente a las ciudades programadas.
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A lo largo del 6 de septiembre el Papa no tendrá ningún acto oficial, pero en la mañana de este jueves será recibido por el presidente Juan Manuel Santos en la Casa de Nariño (sede del Gobierno) y luego sostendrá un encuentro con el comité directivo del Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam) y oficiará la Santa Misa en un céntrico parque de la ciudad.
De nuevo en la región
Este es el quinto viaje de Francisco a Latinoamérica y el Caribe, luego de que en julio de 2013 visitó Brasil, y en julio de 2015 arribó a Ecuador, Bolivia y Paraguay, y en septiembre de ese mismo año, a Cuba, mientras que en febrero de 2016 llegó a México.
Asimismo, agradeció a Santos y a la Conferencia Episcopal por la invitación a visitar Colombia.
"Es importante subrayar que el viaje tendrá como único destino a Colombia y durará cuatro días enteros, un período muy consistente, si lo comparamos con la duración ordinaria de los viajes pontificios", dijo el Nuncio Apostólico en Colombia, monseñor Ettore Balestrero, el pasado mes de marzo, cuando la Santa Sede hizo el anuncio oficial de su visita.
Visita en paz
Antes de Francisco estuvieron en Colombia los papas Paulo VI, en 1968, y Juan Pablo II, en 1986, pero esta es la primera ocasión en la que un papa católico llega al país con las FARC desaparecidas como grupo armado y transformadas en movimiento político y en medio de una tregua entre el Gobierno y la guerrilla del ELN.
Dicha toma fue protagonizada por miembros de la entonces guerrilla M-19 (Movimiento 19 de Abril) que pretendían someter a Betancur a un juicio público por faltar a los compromisos asumidos en unas negociaciones de paz realizadas en 1984, pero en el desarrollo de los hechos 98 personas murieron, entre ellos 11 magistrados, y otras once personas más fueron dadas por desaparecidas.
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Para entonces las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, hoy Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común, partido de izquierda) fueron reconocidas como un interlocutor político en un proceso de paz, pero el mismo también fracasó y los rebeldes regresaron a las armas.
El hecho es también acompañado por el anuncio del cese del fuego bilateral temporal que el 4 de septiembre hicieron las delegaciones de paz del Gobierno y del ELN (Ejército de Liberación Nacional), el cual comprenderá entre el 1 de octubre próximo y el 12 de enero de 2018.
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Así también, la noticia conocida el 5 de septiembre de que la banda criminal del Clan del Golfo, la más poderosa de Colombia, se someterá a la Justicia, ha servido como antesala a la llegada del jefe máximo de la Iglesia Católica en medio de un escenario de paz nunca antes visto en el país en los últimos cincuenta años.
Profeta en su tierra
Cuatro años más tarde fue elegido provincial de los jesuitas de Argentina, labor que ejerció durante seis años.
En 1998 se convirtió en arzobispo de Buenos Aires hasta cuando fue electo papa por el cónclave reunido en El Vaticano el 13 de marzo de 2013, cuando adoptó el nombre de Francisco I como jerarca mayor de la Iglesia Católica.
