Si la mayoría de kurdos de Irak votan a favor de la independencia, ¿qué pasará con Oriente Medio?, se pregunta Eskin, que señala a su vez que el referéndum no cuenta con el apoyo ni de Bagdad, ni de Teherán, ni de Ankara.
El periodista añade que el Líbano, ya de por sí demacrado, puede ser el siguiente y que Irán y Turquía deberían andarse con cuidado.
"Turquía e Irán también están amenazados. Sus kurdos también pueden exigir la independencia y detrás de ellos les pueden seguir otras naciones", alerta.
Eskin considera que un referéndum a favor de la independencia puede sentar las bases del fin de la doctrina internacional según la cual las fronteras de Oriente Medio son inamovibles, a excepción del caso de Palestina.
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El escenario más optimista arguye que un referéndum donde ganase el 'sí' a la independencia no sería perjudicial para Irak, ya que, tal y como reconoce el periodista "según como están hoy las cosas en Irak, dicho resultado sería una confirmación de cómo están las cosas ya en el país".
"Pero los pesimistas se preguntan qué pasaría si los kurdos sirios también reclaman la independencia. Es fácil acabar preguntándose cómo un futuro referéndum influirá en el conflicto kurdo en Turquía. Allí la guerra sigue y ya han muerto decenas de miles de personas durante las últimas décadas", reflexiona.
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Así que mientras Irak tilda el referéndum de ilegal y Turquía protesta enérgicamente, Irán aumenta la ofensiva militar sobre el pueblo kurdo. Y a la vez los kurdos son más fuertes que nunca y están cosechando victorias contra Daesh —grupo terrorista proscrito en Rusia y en otros países-, por lo que Eskin advierte: "prepárense para un referéndum sobre el futuro del Kurdistán comparable a una explosión nuclear. Cuarenta millones de kurdos han decidido hablar por sí mismos y no parece que vayan ceder".