Se trata de las actualizaciones de mando y control del sistema de defensa antimisiles con base en tierra Ground-based Midcourse Defense System (GMD, por sus siglas en inglés), añade el columnista.
"Tener menos componentes de hardware en el sistema GMD —a través de la compresión, la computación más comprimida y la consolidación de datos— es fundamental para mejorar la fiabilidad del interceptor terrestre, puesto que se enciende y se guía en el espacio", explica Osborn.
El sistema de defensa antimisiles GMD tiene como objetivo proteger a EEUU de los proyectiles de largo alcance que hipotéticamente podrían lanzar países enemigos.
Según las estimaciones previas, la bomba tendría una potencia de entre 50 y 70 kilotones, varias veces superior a la de la bomba atómica que EEUU lanzó sobre Hiroshima en agosto de 1945.
Fue el sexto ensayo atómico desde que Corea del Norte se proclamó potencia nuclear en el año 2005; los anteriores tuvieron lugar en 2006, 2009, 2013 y dos en 2016.
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Desde principios de año, Pyongyang ha realizado 13 pruebas de misiles balísticos, incluyendo el lanzamiento de dos supuestos misiles intercontinentales capaces de alcanzar el territorio de EEUU.
También amenazó con un ataque preventivo a la isla estadounidense de Guam y disparó un misil de medio alcance que sobrevoló una parte del territorio de Japón.