"No renunciamos al diálogo, creemos que es necesario en la situación actual y esperamos que pueda ser útil", dijo Riabkov en una comparecencia ante la prensa en la ciudad china de Xiamen.
Riabkov y Shannon celebraron consultas en Washington el pasado 17 de julio para abordar los asuntos pendientes de las relaciones bilaterales.
El Departamento de Estado de EEUU pidió el 31 de agosto a Rusia desalojar su Consulado General en San Francisco y dos oficinas diplomáticas más, una en Nueva York y otra en Washington.
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Al día siguiente las autoridades norteamericanas demandaron que los funcionarios del consulado y sus familiares, incluidos menores y bebés, abandonaran sus hogares en un plazo de hasta 12 horas, según la Cancillería rusa.
El 2 de septiembre la Cancillería rusa presentó una nota de protesta al ministro consejero de la embajada estadounidense en Moscú, Anthony Godfre, por los pasos de Washington que Moscú tacha de ilegales.
A finales de julio, el Ministerio ruso de Exteriores propuso al Gobierno estadounidense recortar a 455 personas la plantilla de sus legaciones diplomáticas y consulares en el país para el 1 de septiembre.
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El presidente ruso, Vladímir Putin, confirmó ese mismo mes que la decisión de limitar a 455 personas la plantilla de la embajada y los consulados de EEUU en Rusia —número idéntico al de los empleados de las legaciones rusas en territorio estadounidense— significa para Washington la necesidad de despedir a 755 personas.
Moscú, que se abstuvo de responder en diciembre pasado a la expulsión de 35 diplomáticos rusos de EEUU, impuso la restricción en represalia a un nuevo paquete de sanciones contra Rusia aprobado por el Congreso de EEUU.