En total, Ankara mantiene bajo custodia a 55 alemanes, 12 de ellos por motivos políticos, informa el medio Die Welt, citando al Ministerio de Exteriores de Alemania.
"Para mí, las negociaciones sobre una ampliación de la unión aduanera [con Turquía] no puede tener progreso bajo estas circunstancias", aclaró Merkel en su intervención en Nuremberg.
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El gobierno de Berlín ya había reestructurado sus políticas hacia Ankara, pero "teniendo en cuenta los últimos eventos tendremos que reconsiderarlo una vez más", agregó la mandataria.
El presidente del Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD) y expresidente del Parlamento Europeo, Martin Schulz, sugirió que su país debería tomar medidas de precaución y aconsejar a sus ciudadanos evitar viajes a Turquía. Esto sería un gran golpe para el país otomano, cuya economía depende en gran parte de la industria del turismo, dentro de la cual los alemanes son los que más visitan esa nación.
Poco antes, el ministro de Asuntos Exteriores de Alemania, Sigmar Gabriel, sostuvo que Turquía no será admitida en la Unión Europea mientras Recep Tayyip Erdogan ocupe la presidencia del país. El político alemán de procedencia turca y copresidente del partido de Los Verdes, Cem Ozdemir, llegó incluso a acusar al presidente turco de "secuestrador".
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La relaciones de Berlín con Ankara se han ido crispando tras la intentona golpista del 15 de julio de 2016. Turquía acusa a Alemania de brindar protección a los partidarios del fallido golpe militar, mientras que desde Berlín se escuchan críticas por las purgas que el Gobierno de Ankara ha llevado a cabo tras la intentona.