"Esperamos que la otra parte saque una lección de este incidente y prevenga que esas situaciones se repitan en el futuro. Esperamos que la relación entre las dos partes se mantenga estable y sana gracias a los esfuerzos conjuntos", dijo Wang.
China exigió poner fin a la "intrusión militar" y advirtió que está resuelta a proteger su soberanía e integridad territorial.
Militares chinos e indios —unos 300 de cada lado— mantuvieron desde entonces un tenso cara a cara en Doklam hasta que Nueva Delhi anunció el 28 de agosto la retirada de sus militares como resultado de negociaciones con Pekín.
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Pekín confirmó el repliegue y dijo que sus militares seguirán patrullando el área del lado chino de la frontera.