Harvey ya se encuentra en la lista de los diez desastres naturales más caros de la historia de EEUU. De acuerdo con Bloomberg, las consecuencias de Harvey podrán costar al país norteamericano unos 30.000 millones de dólares. Pero uno de los golpes más importantes de este fenómeno ha caído sobre el sector energético, escribe el portal ruso Expert.
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El huracán obligó a cerrar las refinerías de petróleo y suspender su producción tanto en las plataformas en el golfo de México como en la costa. Ryan Sitton, director de la autoridad reguladora de la industria de hidrocarburos de Texas, la Texas Railroad Commission, cree que las pérdidas de la industria alcanzarán miles de millones de dólares.
"Una vez que se cierra un pozo, no puede inmediatamente volver a funcionar", dijo Sitton a 'Politico'. "Podría tardar semanas para que la producción y la refinación vuelvan a su nivel anterior".
La Oficina de Seguridad y Control Ambiental de Estados Unidos informó que la producción de petróleo cayó casi un 25%, a 430.000 barriles diarios. La producción del gas se redujo un 26%, a 68 millones de metros cúbicos por día, informa el portal ruso Lenta.
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Además, las compañías estadounidenses de petróleo y gas que trabajan en la plataforma del golfo evacuaron al personal de 117 plataformas y plataformas de perforación. Todo esto, por supuesto, afectó las cotizaciones. El 28 de agosto, el precio del petróleo de la marca Brent se mantenía por encima de los 52 dólares por barril.
ExxonMobil reconoció el 29 de agosto que el huracán Harvey había perjudicado dos de sus refinerías, causando la liberación de contaminantes peligrosos, responsable de un olor "insoportable" sobre la ciudad.