Los habitantes de Saná ya están acostumbrados a los bombardeos. Les han destruido puentes, hospitales y factorías. Muchos doctores y funcionarios llevan más de un año sin recibir su sueldo. La malnutrición y las infecciones campan a sus anchas por estos parajes al sur de la próspera Arabia Saudí y por esa razón prosperan enfermedades que muchos países han confinado a sus libros de historia.
Bouthania, que tiene cuatro o cinco años, es el triste icono de este conflicto armado silencioso, pero atroz. La niña perdió a toda su familia, sus padres y cinco hermanos, por un "error técnico" de la aviación saudí. Un nuevo daño colateral.
No se lo pierda: Los entresijos de la operación militar en Yemen
El enfrentamiento comenzó en 2014, cuando los hutíes, un clan del norte del país de confesión chií, se aliaron con partes descontentas del Ejército y en 2015 asaltaron la capital, forzando al exilio al presidente legítimo Abdo Rabu Mansur Hadi, musulmán suní, al que acusaron de corrupción.
En marzo de 2015, Arabia Saudí y una coalición de Estados árabes lanzó una ambiciosa campaña militar basada principalmente en bombardeos aéreos destinada a expulsar a los hutíes del poder y restaurar el Gobierno de Hadi. Las bombas no solo no han conseguido eso, sino que están ayudando a perpetrar un genocidio en toda regla, con el visto bueno de Estados Unidos, socio estratégico de los saudíes, a quienes suministra armas en cantidades ingentes.
Más: ¿Dejará Arabia Saudí de bombardear Yemen?: "Es como preguntar si dejarás de golpear a tu esposa"
En la actualidad, el sur y el este del país están bajo el control del Gobierno, apoyado por la coalición encabezada por Arabia Saudí, y el norte está controlado por los rebeldes hutíes. Los analistas estiman que la milicia cuenta hoy con unos 100.000 hombres armados.
Al objetivo inicial de Ansar Alá de defender los derechos de la minoría zaydí y contrarrestar la creciente influencia de los suníes en su región, se fueron superponiendo venganzas tribales, intereses espurios por el control del contrabando y el tráfico de personas, la presencia de Al Qaeda que históricamente utiliza las zonas sin control como campos de entrenamiento y adoctrinamiento de sus miembros, y el combate cada vez menos soterrado entre Riad y Teherán por la supremacía regional.
Lea más: Un experto muestra a Sputnik cómo distorsionan los medios la situación en Yemen
La politización del grupo se produjo a raíz de la invasión estadounidense de Irak en 2003. Su fundador, Husein al Huthi, explotó el profundo sentimiento antinorteamericano que desató esa intervención para lanzar una revuelta armada contra el entonces presidente Ali Abdalá Saleh, quien apoyaba a Washington. El levantamiento se convirtió en una guerra abierta y el Ejército mató a Huthi en 2004. Sus seguidores, sin embargo, continuaron la lucha, apoyados a partir de entonces por clanes perjudicados por la campaña militar.
El especialista en Yemen de Chatham House, Peter Salisbury, cree que el desinterés en Occidente es lógico: "Históricamente, Yemen siempre ha tenido el mismo problema: un país complicado, lejos en el imaginario de la gente en Occidente y con problemas complejos. Entre los grupos armados tampoco hay un héroe de la historia". También incluye el elemento diferenciador con Siria: "El problema de los refugiados es uno que afecta a nuestras vidas y que en Europa podemos ver".
#EEUU, el "agresor principal" en #Yemen https://t.co/dCbReklaPL pic.twitter.com/7HBZ5NKLOh
— Sputnik Mundo (@SputnikMundo) 19 de julio de 2017
Esa es una visión autocomplaciente, perfecta para calmar conciencias. Pero no todos opinan igual. "Europa no puede permitirse ignorar a Yemen", considera Adam Baron, cofundador del Centro para Estudios Estratégicos de Saná y experiodista en esa ciudad, en un ensayo sobre el papel de Europa en el conflicto publicado por el 'think tank'. Y no lo dice tanto por una cuestión humanitaria, sino que esgrime argumentos prácticos que en su opinión deberían hacer reaccionar a los mandatarios europeos. "Si no actúan, Yemen podría convertirse en un nuevo centro para grupos terroristas con orientación mundial. Se está convirtiendo rápidamente en una tierra fértil para grupos extremistas".
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE SPUTNIK