Según Kámenev, Pakistán decidió sostener reuniones con China, Turquía y Rusia para discutir la nueva estrategia de Trump en Afganistán, así como la actitud de EEUU hacia Pakistán en el contexto de esta política.
"Islamabad necesita el apoyo de China. Tiene sus propios problemas con EEUU en Afganistán. (…) A diferencia de Trump, China no considera que Pakistán es 'un refugio para el terrorismo', en particular, para los talibanes afganos".
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El país norteamericano no está interesado en el crecimiento de la influencia de China. No obstante, precisamente el programa de Trump para Afganistán "atrajo una mayor atención de China y otros países, incluyendo Pakistán, a lo que está sucediendo en Afganistán", observó Kámenev.
Sin embargo, el profesor de la Academia Diplomática de China, Gao Fei, opina que no hay que exagerar demasiado la coincidencia de las consultas de Pakistán y China con la cancelación de la visita de la diplomática estadounidense a Islamabad.
"Se trata de la necesidad de Pakistán de lograr un consenso con China sobre el problema de Afganistán, y sobre esta base, celebrar nuevas negociaciones con EEUU sobre las formas de cooperación", opina el experto chino.
El presidente Donald Trump, al desvelar el 21 de agosto su nueva estrategia con respecto a Afganistán, declaró que en territorio afgano y en Pakistán operan más de 20 organizaciones designadas como terroristas en Estados Unidos, la concentración más alta del mundo.
Trump afirmó que Islamabad "a menudo da refugio a agentes del caos, la violencia y el terror", y esta amenaza es todavía más grave porque Pakistán y la India son dos países que disponen de armas nucleares y mantienen una relación tensa que podría derivar en un conflicto.
Los funcionarios paquistaníes señalaron que no se debe hacer de su país un "chivo expiatorio" del fracaso de la política de EEUU en Afganistán.
En este contexto, China se erigió en defensa de Pakistán y elogió los esfuerzos del país para combatir el terrorismo.