"Tesla y Musk esperan sacar provecho de los esfuerzos fallidos para producir vehículos de motor verde después de que los fabricantes alemanes fueran acusados de formar un cártel secreto para ocultar los detalles de las emisiones tóxicas de sus coches", dice el periódico británico.
Alemania, liderada por Merkel, se ha comprometido a ser líder mundial en energías limpias. Aun así, muchos ciudadanos del país, que votan por la presidenta de la Unión Demócrata Cristiana de Alemania, desconocen que el 40% de la energía del país proviene del carbón y menos de un tercio de fuentes renovables, destaca la publicación.
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Donald Trump ya había declarado la guerra a la industria automovilística de Alemania, prometiendo frenar sus exportaciones de automóviles a Estados Unidos. Entonces afirmó que era una "injusticia" la amplia presencia de los vehículos alemanes en las calles norteamericanas y la ausencia de sus homólogos estadounidenses en las europeas. El mandatario incluso contempló introducir barreras arancelarias para cambiar esta situación.