De acuerdo con los expertos, la superfulguración del Sol, que emite cerca de 1034 ergios —unidad de medida— de energía, ocurre aproximadamente cada 2.000 años. El fenómeno astronómico tuvo lugar la última vez hace 775 años y, de acuerdo con la nueva investigación, ocurrirá nuevamente de aquí a unos 750 años.
"Llegamos a la conclusión de que el riesgo planteado por las superfulguraciones no ha sido suficientemente evaluado y de que la humanidad podría ser testigo de un acontecimiento de esta naturaleza en los próximos 1.000 años, el cual podría causar devastadoras pérdidas económicas y tecnológicas", apuntó el estudio.
La capa de ozono de nuestro planeta que protege la biosfera de la radiación ultravioleta podría ser afectada considerablemente por una superfulguración. El exceso de radiación provocaría el sobrecalentamiento de las capas superficiales de la atmósfera, la eliminación de los organismos fotosintéticos y la degradación del ADN, subrayó el portal ruso Lenta.