El Ministerio de Defensa surcoreano no especificó el número de los efectivos implicados, pero funcionarios del ente, citados por la agencia Yonhap, indicaron que es similar al del año pasado, cuando Corea del Sur estuvo representada por unos 50.000 militares.
Al mismo tiempo, el Departamento de Defensa de EEUU envió en un gesto inusual a tres comandantes de alto rango — el jefe del Comando del Pacífico, almirante Harry Harris, el jefe del Comando Estratégico, general John Hyten, y el director de la Agencia de Defensa de Misiles, teniente general Samuel Greaves, quienes observarán la evolución del ejercicio desde el puesto de mando.
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En el entrenamiento participan también los militares de Australia, Canadá, Colombia, Dinamarca, Nueva Zelanda y Reino Unidos, países del denominado Comando de la ONU en la Península de Corea que opera desde 1950 sin el mandato correspondiente del Consejo de Seguridad.
Oficialmente, el UFG se define como ejercicio de defensa con simulación por computadora cuyo objetivo es elevar el grado de preparación, proteger la región y mantener la estabilidad en la península de Corea.
Se trata de un plan secreto que, según medios surcoreanos y japoneses, prevé una guerra limitada en respuesta a un ataque preventivo por parte de Corea del Norte.
El periódico del Partido de los Trabajadores de Corea, Rodong Sinmun, calificó el entrenamiento como "la expresión más explícita de la hostilidad" hacia el Norte, y señaló que "nadie puede garantizar que el ejercicio no derivará en un enfrentamiento real".
EEUU se equivoca como nunca si se deja llevar por la idea de que una guerra en la península de Corea estaría a la puerta de alguien muy lejos, al otro lado del Pacífico, reseña la agencia surcoreana Yonhap el editorial publicado por este diario.
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