"Por desgracia, se averiguó que la población de los leopardos de las nieves en la meseta de Ukok es muy baja, quedó confirmado al menos un ejemplar", dice WWF citado por las autoridades locales.
Entre otras razones principales se destaca la llegada de turistas en camionetas y cuadrimotos, así como una valla de 50 kilómetros de alambre de púas en la frontera con Mongolia, una línea de instalaciones técnicas y de ingeniería abandonada por los guardafronteras mongoles.
Según el comunicado, le expedición tuvo lugar en julio con participación de los expertos de la ecoregión de Altái-Saián, el parque nacional Sailiuguemski y otro parque natural de Ukok.
Los especialistas instalaron cámaras automáticas en los sitios donde se observaban huellas de presencia del irbis.
El leopardo de las nieves está incluido en la Lista Roja de especies amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) y de Rusia.
Los expertos de WWF estiman que en Rusia habitan 50-70 ejemplares de este animal y unos 40 de ellos se abrigan en la República de Altái.