"Es una situación que ya habíamos advertido desde 2014: en la medida en que nos acerquemos a la firma de los acuerdos de paz, el nivel de violencia contra estos líderes va a ser cada vez más alto. Estos defensores son los que están allanando el camino o aterrizando los diálogos con las comunidades que salieron afectadas por el conflicto, por eso son víctimas del mayor número de agresiones, y esto va a ir en aumento", dijo a Sputnik Carlos Guevara, coordinador de comunicación e incidencia del programa.
De acuerdo con el coordinador,se ha generado una suerte de "vacío" en las zonas donde las FARC dejaron las armas. Ese hueco estaría siendo disputado por otros grupos, "armados por otras guerrillas, grupos paramilitares y grupos criminales", observó Guevara.
"Por otro lado, el Estado no llegó a todos esos territorios. Envió al Ejército pero eso no es lo que necesita la gente, necesita planes, proyectos y el poder civil. Eso no está y ahora son territorios en disputa, y en el medio están los líderes sociales y activistas de derechos humanos", agregó.
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Históricamente los departamentos con más agresiones son Cauca, Valle del Cauca, y Antioquia. Pero en este semestre se sumaron también Tolima, La Guajira y César. Esto se debe, según Guevara, a "la disputa por la tierra y la instalación de minería".