La investigación fue realizada por Skyler Johnson y sus colegas oncólogos de la Escuela de Medicina de Yale (EEUU).
Estos pacientes eligieron diferentes tratamientos, desde hierbas y homeopatía hasta dietas especiales o cristales de energía.
Luego fueron comparados con otras 560 personas similares en términos de edad, raza y enfermedad que sí se habían sometido a un tratamiento convencional.
De acuerdo con Johnson, la razón por la que algunos pacientes en tratamientos alternativos sobreviven podría deberse a que muchos buscan tratamiento convencional más tarde, tras entender que la medicina alternativa no da buenos resultados. Estos tratamientos secundarios ya no se registran en la Base Nacional de Cáncer de EEUU, usada por los investigadores.
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La preocupante tendencia notada por Johnson y sus colegas es que quienes optan por tratamientos alternativos suelen ser más ricos y tener un nivel educativo más elevado. Parcialmente se debe a que en EEUU el seguro médico no cubre tratamientos no comprobados, por lo que solo los más adinerados pueden pagar los tratamientos más caros, asegura Johnson. Sin embargo, esta estadística causa una notable preocupación acerca del nivel de información que la población posee sobre los métodos para curar enfermedades oncológicas.