En Argentina existe un escrutinio provisorio de los votos que se da a conocer entre la noche del domingo electoral y la madrugada del lunes. En esta ocasión, según dijo a Sputnik el periodista del periódico argentino Página 12 Raúl Kollmann, el Gobierno, encargado del conteo, "manipuló los datos" utilizando durante gran parte de la noche los más adversos a Cristina Kirchner en la provincia de Buenos Aires.
De acuerdo con el diario La Nación, aún falta escrutar el 43% de las mesas de la tercera sección electoral, donde Cristina Kirchner le ganó a Esteban Bullrich (candidato del oficialista bloque Cambiemos) por 12,89 puntos. Esta circunscripción es la más numerosa de toda la provincia de Buenos Aires, con más de cuatro millones de ciudadanos que eligen 18 diputados provinciales y nueve senadores provinciales.
Durante el recuento de votos el oficialismo sostuvo que la candidata de Unidad Ciudadana perdía la elección hasta que el conteo la acercó demasiado. Entonces se suspendió el recuento con el 95% de las mesas escrutadas. Kollmann aclaró que si bien es cierto que muchas veces no se escruta el 100% de las mesas, Kirchner iba camino a ponerse al frente de la elección en el distrito y el Gobierno frenó el conteo.
"Lo mismo hizo en otra provincia importantísima como es Santa Fe, donde al exministro de Defensa, Agustín Rossi, allegado a Cristina, lo tuvieron perdiendo todo el tiempo de manera grosera sin contar los votos de la principal ciudad, Rosario. Mientras en Santa Fe capital habían contado el 99% de los votos, en Rosario habían contado el 38%, donde era favorable la situación para Rossi. Finalmente después de mucha presión avanzaron en el escrutinio y terminó ganando Rossi. Son manipulaciones groseras", explicó el periodista.
Si bien al escrutar los votos las mesas electorales ya se encontraban cerradas, "el Gobierno hizo esto para instalar una imagen triunfadora en todos lados". A pesar de esto, Kollmann no dejó de reconocer que el macrismo quedó bien parado en la elección del domingo, ya que consiguió ganar por márgenes amplios en la Ciudad de Buenos Aires, Córdoba, Mendoza, y dio un "batacazo" en la provincia de Santa Cruz, de donde el kirchnerismo es originario.