"Si los acreedores interpretan esto como una dificultad del Gobierno en poner sus cuentas al día, puede que exijan más intereses para prestar dinero", explicó a la cadena Globonews el economista Francisco Pessoa, de LCA Consultores.
Según la prensa local, el Gobierno propondrá que el agujero en las cuentas públicas en 2017 sea de 159.000 millones de reales (49.800 millones de dólares), 6.270 millones de dólares más de lo previsto inicialmente.
La lenta recuperación económica de Brasil hace que la recaudación con impuestos y contribuciones sea más baja de lo esperado.
Para intentar reducir el déficit, el Gobierno de Michel Temer realizó profundos cortes en áreas sociales, aumentó los impuestos a los combustibles y en los últimos días empieza a hablar de la necesidad de llevar a cabo una gran reforma tributaria.