Las protestas callejeras han evolucionado a enfrentamientos. De acuerdo con Marajovski, el presidente venezolano, Nicolás Maduro, apoyado por más de la mitad de los ciudadanos de las clases bajas del país, está luchando contra la oposición representada en su mayoría por la elite y la clase media.
"Los reportes de Venezuela generan una sensación de 'déjà vu' porque hay decenas de coincidencias con el Euromaidán. Hay manifestantes en cascos y con violines que van contra escudos de la policía. Hay activistas armados con herramientas más contundentes. Incluso hay un manifestante desnudo, un gemelo del que apareció en Kiev en 2014", escribe.
Según el analista, capuchas, barricadas y decenas de víctimas, así como el puño —un símbolo que ha aparecido en manifestaciones en decenas de países— lo que ocurre actualmente en Venezuela recuerda al escenario que se vivió en Ucrania.
"A este respecto surge una pregunta bastante lógica: ¿estas son coincidencias esporádicas o es un caso relacionado con la implementación del conocido lineamiento del Departamento de Estado de EEUU?", se pregunta el columnista.
Este lineamiento es un conjunto de normas relacionadas con la organización y el acompañamiento mediático a las revoluciones de colores.
"Desde luego es interesante como cocteles molotov y hasta armaduras aparecen en sus manos", enfatiza Marajovski.
Además, el autor subraya que no importa si existe o no un lineamiento en papel. Lo importante es que ha sido creada una escuela internacional de 'tácticas del Maidán'.
Esta escuela ya tiene a sus propios teóricos, uno de ellos es el exembajador de EEUU en Rusia Michael McFaul, y algunos adeptos como Mijaíl Saakashvili, cuya "odisea en Europa del Este ha tomado carices anecdóticas".
"Durante las últimos dos o tres decenas de años ha sido creada una entera cultura de revoluciones de colores con sus propios cánones, partituras, asociaciones internacionales profesionales (…) y festivales", escribe.
Asimismo, el autor destaca que las protestas son solo la parte visible de la presión que se ejerce sobre los Gobiernos desde abajo. Sin embargo, hay una segunda parte de presión que suele ejercerse desde arriba.
Las protestas actuales en Venezuela se llevan a cabo de una manera parecida a las que fueron realizadas en Ucrania.
"Cuando manifestantes en máscaras con cadenas y garrotes atacan a la policía, mientras que todas las Embajadas envían señales a la elite para recordarle donde sus representantes tienen sus casas, donde están sus hijos y su dinero, y por qué esta elite tiene que tomar el lado correcto".
Según el autor, un Maidán funciona solo cuando un Estado es extremadamente dependiente del extranjero.
"Si la elite de un Estado no depende de instituciones extranjeras, cualquier Maidán es solo un correteo de alborotadores en las calles, que suele terminarse en un par de días. (…) Sin importar donde este correteo se produce, es una señal de que los socios extranjeros decidieron poner a prueba la soberanía del país", concluye.
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