"Entendemos que ahora mismo en ciudades como Valencia, Barcelona o Palma se está produciendo una situación de emergencia total por la masificación turística", afirma la portavoz de Endavant, organización independentista catalana y anticapitalista que se integra en la Candidatura de Unidad Popular (CUP).
Desde entonces, tanto Arran como Endavant y otras organizaciones del País Vasco llevaron a cabo acciones reivindicativas como pintadas en lugares de interés turístico o, más recientemente, poner pegatinas en vehículos de alquiler para turistas.
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Esta exdiputada en el Parlamento de Cataluña (2013-2015) relata que "los lugares que viven del turismo tienen los salarios de sus habitantes estancados mientras que el coste de la vida no para de subir".
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Del mismo modo, denuncia que las condiciones laborales de del sector turístico son "absolutamente precarias" y califica como "miserables" los sueldos de los trabajadores, que rondan entre los 500 y los 700 euros al mes, cuando el sueldo más habitual en España ronda los 1.000 euros y el medio es de 1.600.
"Aquí en Barcelona hay ofertas de pisos turísticos o habitaciones en hoteles de lujo donde el turista paga 150 euros la noche al tiempo que los trabajadores cobran salarios de miseria", resume Vallet.
Además de apuntar a la precarización del sector, Vallet señala que la "turistificación" está "expulsando" a los ciudadanos de sus barrios porque a los propietarios les resulta más rentable ofrecer los inmuebles para alquileres vacacionales que para la instalación de residentes.
"Están convirtiendo las ciudades en unos aparadores donde nosotras estamos malviviendo para que la industria turística se forre", relata.
Regulación y sanciones
Para Vallet, la dignificación de los sueldos de los trabajadores del sector, la limitación de plazas turísticas y la imposición de sanciones a quienes incumplan la regulación deberían ser las medidas "mínimas" a tomar por cualquier gobierno sin importar su signo político.
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Sin embargo, la propuesta de Endavant va más allá y propone que el segundo paso sea "la expropiación de algunas infraestructuras que generan beneficios millonarios del turismo para revertir en la distribución de la riqueza".
"Pueden ser desde complejos turísticos grandes hasta parques temáticos como el de Port Aventura", relata la portavoz de la formación anticapitalista.
Polémica
Los actos de protesta de organizaciones como Endavant o Arran fueron condenadas tanto desde los sectores conservadores como desde formaciones progresistas como Barcelona en Comú, la plataforma municipalista a la que pertenece la alcaldesa de la capital catalana.
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, dijo este 7 de agosto estar "radicalmente en contra" de las protestas contra la turistificación y calificó de "extremistas" a quienes las realizan.
"Entendemos que la ridiculización y la criminalización de unas acciones simbólicas que en ningún caso supusieron violencia hacia las personas es algo deliberado que se mueve en la lógica de defender los intereses del poder", afirma Vallet.
A su modo de ver la respuesta de la mayoría del espectro político pone de manifiesto que "aquí quien manda es el consorcio turístico y el lobby de empresarios y hoteleros".