Si se implementa la idea, los productores tendrán que pagar 'royalties' si quieren decorar sus productos con motivos como, por ejemplo, Jojlomá, un estilo de arte característico del país eslavo.
De momento, hay muchísima producción diseñada al estilo 'ruso' importada desde China o Turquía. Hasta que no haya barreras aduaneras, la circulación de artefactos falsificados no podrá ser detenida, destacan los representantes del sector artesanal del país.
Según la proposición, las empresas que opten por utilizar ciertos elementos característicos de la artesanía rusa tendrán que comprar una licencia. Los ingresos procedentes de estos derechos podrían alcanzar al año entre 300 y 500 millones de rublos —de 5 a 8,33 millones de dólares—.
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La artesanía tradicional rusa incluye la producción de bandejas de Zhóstovo de hojalata pintada, que tiene una historia de casi dos siglos. Una fábrica en la región de Moscú fue inaugurada en 1825.
Asimismo, los chales de Pávlov Posad, una ciudad también en la región de Moscú donde desde el siglo XIX se fabrican pañuelos con bordados exquisitos, son conocidos universalmente.
Jojlomá representa una antigua arte popular rusa, nacida en el siglo XVII cerca de la ciudad de Nizhni Nóvgorod. Se trata de una pintura decorativa sobre madera, hecha con colores rojo, verde y oro sobre un fondo negro.
También existe la miniatura de Jolúi, que se desarrolló en la región de Ivánovo. Es una miniatura lacada creada en témpera sobre papel maché. Así se suelen decorar cajas y otros objetos pequeños.