El 31 de julio Doha presentó ante la OMC una solicitud de celebrar consultas sobre medidas de los tres países mencionados "relativas al comercio de mercancías y servicios y a los aspectos de los derechos de propiedad intelectual relacionados con el comercio".
Las medidas en litigio incluyen también "las prohibiciones impuestas a la entrada en sus puertos de todos los buques que sean propiedad de Catar, de particulares de Catar o de empresas de Catar y todos los buques que enarbolen pabellón de Catar".
Además Doha critica el cierre de las oficinas de determinados proveedores de servicios de Catar, el bloqueo del acceso a los sitios web de determinados proveedores de servicios y la eliminación de los canales de los proveedores de servicios audiovisuales cataríes en instalaciones turísticas.
La solicitud no incluye a Egipto, el cuarto país que había promovido el boicot: aunque también haya cortado viajes y lazos diplomáticos con Catar, Egipto no expulsó a ciudadanos cataríes ni pidió que los egipcios salieran del reino.
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El 5 de junio, Arabia Saudí, los Emiratos Árabes Unidos, Bahréin y Egipto rompieron relaciones diplomáticas con Catar y suspendieron todas las comunicaciones terrestres, marítimas y aéreas con la pequeña monarquía del golfo Pérsico, a la que acusaron de patrocinar el terrorismo.
Para normalizar las relaciones, los promotores del boicot presentaron a Catar 13 condiciones, entre ellas, el cierre de la cadena de televisión Al Jazeera, la ruptura de los vínculos con Irán y con el movimiento de los Hermanos Musulmanes, así como el desmantelamiento de una base militar turca.
El Gobierno de Catar calificó de injustificado el bloqueo diplomático y de inviables las condiciones para levantarlo.