En torno al 93% de los trabajadores decidió el 2 de agosto en una votación asamblearia endurecer la convocatoria de paros hasta desembocar en una eventual huelga indefinida si no se resuelve el conflicto.
La Delegación del Gobierno en Cataluña estableció el pasado miércoles unos servicios mínimos del 90% para esos paros al entender que una actividad menor podría "afectar gravemente" a "la libertad de circulación" de los pasajeros.
Los trabajadores, en cambio, consideran que esos servicios mínimos equivalen a una suspensión fáctica del ejercicio del derecho a huelga.
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La plantilla, compuesta por unas 360 personas, pide un aumento de su retribución y una mejora de las condiciones de un trabajo que, según denuncian, se desarrolla en un entorno de estrés constante y falta de descansos.
La Asociación de Compañías Españolas de Transporte Aéreo achaca esta situación a huelgas encubiertas de los trabajadores.
El operador aeroportuario Aena anunció este miércoles su intención de abrir dos procesos sancionadores a Eulen por presuntas deficiencias en el desarrollo del servicio en las últimas semanas.
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Según explicó Aena, esos procesos podrían conllevar una multa de 150.000 cada uno.