Durante el ensayo, que se llevó a cabo en los astilleros de Sinpo, en la costa oriental de Corea del Norte, un misil fue expulsado del tubo lanzador por el vapor de alta presión, procedimiento que evita el daño a submarinos, barcazas sumergibles u otros equipos durante la ignición.
Se realizó en medio de creciente inquietud tras un nuevo lanzamiento de misil balístico intercontinental y lo que el militar estadounidense calificó como actividad de "nivel inusitadamente alto, sin precedentes" de la flota submarina de Corea del Norte.
El régimen norcoreano cuenta con unos 70 submarinos, en su mayoría obsoletos e incapaces de disparar misiles, pero aún así es una actividad preocupante dado que Pyongyang se empeña en desarrollar vehículos que puedan transportar ojivas nucleares al territorio estadounidense.
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Corea del Norte declaró haber ensayado el 28 de julio un misil balístico intercontinental, el segundo en lo que va de este mes.
Disparado desde un ángulo estándar, un misil de ese alcance habría amenazado a Los Ángeles, Denver o Chicago, según expertos estadounidenses.
El Ministerio de Defensa ruso sostiene entretanto que fue un misil de alcance medio, lo mismo que en el lanzamiento anterior, del 4 de julio.
Con el ensayo del viernes, se eleva a 11 el número total de pruebas de misiles balísticos que Corea del Norte realizó en lo que va de año, incluyendo dos lanzamientos fallidos en abril.
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En 2016, Pyongyang llevó a cabo más de 20 ensayos similares, además de la cuarta y la quinta pruebas nucleares, pese a las prohibiciones del Consejo de Seguridad de la ONU.