"EL DUP no tolerará una frontera después del Brexit en el mar de Irlanda que hará más difícil vivir, trabajar y viajar entre diferentes partes del Reino Unido", declaró Nigel Dodds, vicelíder del partido y jefe del grupo parlamentario en Westminster.
"Continuaremos utilizando la influencia de nuestros 10 diputados en Westminster para asegurar que el respeto de la integridad del Reino Unido permanece en el centro del proceso de negociaciones", señaló Dobbs.
Irlanda del Norte votó por la continuidad en la UE (el 55% del electorado) y el DUP fue el único partido de las formaciones dominantes a favor del Brexit.
El retorno de los controles fronterizos entre la República irlandesa y el Ulster británico, que se demolieron en la última década, puede arriesgar la estabilidad ganada gradualmente desde el fin del conflicto sectario en 1998.
"Cualquier barrera o frontera en la isla de Irlanda arriesga socavar el muy costoso proceso de paz y todos los partidos de Irlanda del Norte, tanto unionistas como nacionalistas, reconocen que quieren mantener el libre movimiento de personas, bienes, servicios y de sus medios de vida", ha señalado en Bruselas el ministro de Exteriores, Simon Coveney, de acuerdo con medios británicos.
El ministro británico de Hacienda, Philip Hammond, reafirmó este 28 de julio la "ambición compartida de no restaurar el tipo de frontera dura" en la llamada isla de la Esmeralda.
"Pero la respuesta de cómo lo haremos no puede ser la creación de una frontera entre Irlanda del Norte y Gran Bretaña", dijo en declaraciones a Sky.
Fijar el control aduanero y de pasajeros de la UE en Belfast y otros puertos del Norte es una solución que los unionistas se resisten a aceptar.
Dobbs criticó al Ejecutivo del nuevo Taoiseach, Leo Varadkar, de "explotar erróneamente" la "táctica del miedo" en torno a la paz en Irlanda del Norte.