Los veterinarios del zoológico de Filadelfia (EEUU) estaban muy preocupados. Su tigresa siberiana (tigre de Amur) era madre primeriza y dio a la luz a cinco cachorros, un número considerado alto para la especie. Dos de ellos, sin embargo, fallecieron poco después y, entre los restantes, una fue rechazada por la matriarca. De acuerdo con la institución, tal rechazo es común entre tigresas progenitoras por primera vez.
La pequeña Zoya, como fue bautizada por los funcionarios, pasó entonces a los cuidados exclusivamente humanos, lo que afectaría su desarrollo animal. Con el apoyo del Plan de Sobrevivencia de las Especies de Tigre, de la Asociación de Zoológicos y Acuarios en EEUU, los veterinarios decidieron intentar su adaptación con otros tigres mediante un proceso conocido como cross-fostering, en el que un animal lactante se integra de forma natural o provocada al seno familiar de otra subespecie para sobrevivir.
"El cross-fostering entre tigres es inusual, pero considerando que hay menos de 500 ejemplares de tigres siberianos en la naturaleza salvaje, cada cachorro es importante para la supervivencia de la especie", explicó la curadora de conservación y ciencia del zoológico de Oklahoma, Rebecca Snyder, en un informe institucional.
El equipo de Filadelfia viajó 20 horas por tierra hacia Oklahoma para trasladar a Zoya en las condiciones más adecuadas y acompañar su introducción al nuevo hogar.
"Aunque tigres de Sumatra y siberianos son diferentes subespecies, parecen casi idénticos como cachorros. Nuestro primer paso en el fomento cruzado de Zoya fue agregarla a la guarida con sus posibles hermanos adoptivos y cubrirla con el olor de los mismos, frotándola con los demás cachorros, incluso su orina. Al hacer esto, la idea era que Lola la identificara como una de sus hijos", contó Eddie Witte, encargada del departamento de animales carnívoros en el zoológico de Oklahoma.
Los involucrados en el experimento monitoreaban la situación a través de las cámaras y aguardaban ansiosos el momento que la madre retornara a la cueva, preocupados por su reacción hacia la novata. En una cuestión de segundos, según el informe, Lola empezó a lamer y a acariciar a Zoya, para el alivio de todos.
Zoya sería una versión del nombre Zoe, oriundo del griego antiguo y que en definitiva se puede traducir como "vida, medio de vida o vivir". Para el equipo de los zoológicos, se trataba de una designación adecuada debido a todo lo que implicó salvar a esa tigresita tan importante para la especie.
Sus hermanos adoptivos, todos machos, todavía carecen de nombres propios, algo que será definido en una transmisión en vivo este 28 de julio.