"La UE tiene que tomar medidas si no hay garantías de que las sanciones no afectarán a las compañías europeas", dijo Wolfgang Büchele, presidente del Comité alemán para las relaciones económicas con Europa del Este, un organismo que aglutina a las empresas y bancos alemanes con presencia en Europa del Este.
La Cámara de Representantes del Congreso estadounidense aprobó el 25 de julio con 419 votos a favor y tres en contra una ley que contempla una nueva tanda de sanciones antirrusas.
La normativa aún debe pasar por el Senado y la Casa Blanca.
El documento deja la puerta abierta a las sanciones contra las compañías europeas por colaborar con Moscú en el sector energético, en concreto en el proyecto Nord Stream 2 que prevé el tendido de dos tuberías de gas con capacidad para 55.000 millones de metros cúbicos anuales desde la costa rusa hasta Alemania por el fondo del mar Báltico.
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La Unión Europea ya había calificado de unilateral la iniciativa de Washington al advertir sobre las consecuencias negativas de sus nuevas restricciones.
El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, declaró al respecto que la UE siempre estaba preparada para "responder de manera adecuada e inmediata" si fuese necesario.
El 26 de julio, se convocará una sesión ordinaria de los comisarios europeos para debatir el alcance de la iniciativa estadounidense.
En un documento preparado para el evento se sugiere exigir a EEUU que sus medidas no afecten los intereses de los miembros de la UE.
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Otra opción comprende declarar inválidas las sanciones norteamericanas antirrusas en el territorio de la UE.