"Tenemos un paquete aplazado que prevé medidas tanto económicas como políticas y vamos a adoptarlo, si el Senado y (el presidente de EEUU, Donald) Trump aprueban la ley", declaró Dzhabárov.
A finales del año pasado, EEUU declaró personas no gratas a 35 diplomáticos rusos, dándoles 72 horas de plazo para abandonar el país y ordenó el cierre de dos mansiones en Centreville en el estado de Maryland y Oyster Bay en Nueva York, que supuestamente se utilizaban para espionaje.
El jefe de la diplomacia rusa, Serguéi Lavrov, sugirió en aquellas fechas expulsar de Rusia a 35 diplomáticos estadounidenses y prohibir que EEUU sigan usando una casa de campo en el noroeste de Moscú y un depósito en el sur de la capital rusa, en respuesta simétrica a Washington.
El 25 de julio, la Cámara de Representantes de EEUU por 419 votos a favor y tres en contra un proyecto de ley que amplía las sanciones a Rusia, Irán y Corea del Norte y limita las facultades del presidente a la hora de levantar las restricciones contra Moscú.
La normativa, que debe ser aprobada por el Senado y firmada por el presidente, incluye nuevas sanciones contra altos funcionarios rusos por la supuesta interferencia de Moscú en las elecciones estadounidenses de 2016.
También establece que las entidades rusas sujetas a las sanciones no podrán financiarse a más de 14 días en EEUU, en el caso de los bancos, y a más de 30 días, en el caso de las empresas de la industria del petróleo y el gas.
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Conforme a la nueva ley, el mandatario estadounidense tendría derecho a incluir en una lista negra a los extranjeros que inviertan grandes sumas en proyectos de producción de petróleo de Rusia, a menos que ello se contradiga con los intereses nacionales de EEUU.
De esta manera, la normativa estadounidense deja la puerta abierta a las sanciones contra las compañías europeas por colaborar con Moscú en el sector energético, en concreto en el proyecto Nord Stream 2 que prevé el tendido de dos tuberías de gas con capacidad para 55.000 millones de metros cúbicos anuales desde la costa rusa hasta Alemania por el fondo del mar Báltico.
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La Unión Europea ya había calificado de unilateral la iniciativa de Washington al advertir sobre las consecuencias negativas de sus nuevas restricciones.