Según el diario francés Le Monde, el mercado de quesos en Rusia está mostrando un rápido crecimiento.
El empresario galo Philippe Nyssen, citado por el medio, señala que el consumo de quesos en Rusia aumentó de 790.000 toneladas en 2013 a 1,055 millones de toneladas dos años después (un 34%).
"La producción doméstica creció un 103%, mientras las importaciones bajaron un 45%, desde 370.000 toneladas en 2013 hasta 205.000 toneladas en 2015, un año después del embargo", indica.
Nyssen trabaja en Rusia y Kazajistán desde 1992 y se dedica a inmuebles industriales. Al ver que "desde 2014 los mostradores estaban vacíos" decidió invertir en la producción de queso. Su empresa Grand Laitier empezó a funcionar en enero y ahora cuenta con 12 personas en su equipo.
El empresario está seguro de que para finales de julio lograrán producir 50 kilos de queso al día. Nyssen menciona que invirtió 750.000 euros en el proyecto y recibió el derecho de comprar 400 hectáreas de terreno agrícola y 4 hectáreas para construir fábricas. La producción está orientada, ante todo, a Moscú.
"Los rusos son buenos consumidores: si ven algo nuevo y se lo pueden permitir, lo van a probar sin falta", dice.
Nyssen afirma que en caso de que se levante el embargo alimenticio, apuesta por las ventajas competitivas del queso 'rusificado', gracias al bajo coste de la mano de obra y los bajos impuestos.
De ese modo, prosigue el diario, los quesos franceses 'made in Russia' pueden tener una posición estable en 2018 incluso si se levanta el embargo alimentario, algo que no está del todo garantizado.
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