Berdénikov subrayó que en la actualidad ya hay 22 aviones Sukhoi Superjet 100 que vuelan en México y son operados por la aerolínea InterJet. Además, durante la celebración del Salón Aeroespacial MAKS, la empresa mexicana y el constructor aeronáutico llegaron a un acuerdo para ampliar el parque de los SSJ-100 en este país latinoamericano.
Está previsto que a lo largo de este año la compañía suministre cuatro aeronaves más de este modelo, a las que se sumarán otras cuatro en 2018, explicó Berdénikov, que agregó que si la cooperación entre ambas partes sigue siendo exitosa, es probable que los mexicanos pidan diez aeronaves más.
"Todo esto es muy sintomático, porque si una empresa tiene experiencia en el uso de una flota significativa de estos aviones y quiere comprar más, implica que el avión y, por supuesto, su motor, han demostrado buenos resultados", destacó.
Al responder a la pregunta sobre posibles ventas del Sukhoi Superjet 100 a otros países latinoamericanos, el entrevistado declaró que este tipo de conversaciones se mantienen regularmente.
"Mantenemos este tipo de 'intercambios' periódicamente. Aunque todavía no hay contratos firmados, seguimos negociando con varios países [de América Latina]", explicó.











Berdénikov puso de relieve que la planta tiene que enfrentarse a los rivales del mercado regional. En América Latina, la empresa ruso-francesa compite especialmente con el conglomerado aeronáutico brasileño Embraer; pese a lo que se mostró optimista respecto a las perspectivas de la compañía en la región.
El entrevistado señaló que la planta Volgaero —ubicada en el territorio de la empresa Saturn en la ciudad de Ríbinsk, en la óblast de Yaroslavl— produce anualmente más de 70 motores SaM-146 para unos 34 aviones SSJ-100.
Asimismo, Volgaero fabrica motores que ofrece en modalidad de 'leasing' —arrendamiento— o que suministra directamente a sus clientes, en función de cada caso. Por el momento, la compañía ruso-francesa ha firmado estos contratos con la mexicana InterJet y con la rusa Aeroflot.
Lea también: Irán, interesado en la compra de 100 aviones Sukhoi Superjet
Si un cliente necesita arrendar un motor, Volgaero se lo entrega y, en caso necesario, realiza trabajos de mantenimiento por un pago mensual que oscila en función de sus horas de uso, explicó el entrevistado.
En marcha, pese a las sanciones
El director del proyecto SaM-146 comentó a Sputnik que la cooperación con Francia —de donde proviene la empresa Safran, que posee el 50% de los activos de la empresa conjunta PowerJet, encargada de operar la planta Volgaero—, no se deterioró debido a las sanciones antirrusas impuestas por muchos países occidentales contra Rusia a raíz de la crisis en el este de Ucrania y la incorporación de Crimea.
"En realidad, hemos aprendido a trabajar bajo el régimen de sanciones. Estas no han tenido ningún efecto sobre la producción ni sobre la cooperación con los galos. Solo son negocios y por lo tanto no sentimos ningún impacto de las sanciones sobre el funcionamiento normal de este programa", manifestó.
Berdénikov aclaró que, en la actualidad, la parte rusa produce solo componentes mecánicos, mientras que los sistemas electrónicos de los motores SaM-146 son importados.
Los representantes de la planta explicaron, además, que el ensamblaje del motor se realiza exclusivamente en Rusia y que este delicado trabajo se lleva a cabo de forma manual. Los SaM-146 se producen en un 80% en el país eslavo.
El PowerJet SaM146 es un motor civil desarrollado y producido por la compañía conjunta PowerJet, que pertenece al conglomerado aeronáutico francés Safran y al ruso NPO Saturn, y que se utiliza principalmente para los aviones regionales de fabricación rusa Sukhoi Superjet 100.