"Siemens inició el proceso para anular los acuerdos de licencia con las compañías rusas sobre los equipos para las centrales eléctricas", informó el conglomerado germano en un comunicado.
La empresa alemana afirmó haber recibido información fiable de que las turbinas, enviadas en 2016 para un proyecto en el sur de Rusia, fueron modificadas y desviadas "ilegalmente" a Crimea.
"Es una infracción grave de los contratos (…) y de las normas de la Unión Europea", señaló en alusión al veto que impuso Bruselas a las exportaciones europeas a la península rusa en 2014.
Anunció también que congela provisionalmente la entrega de equipos a las compañías rusas con participación estatal.
"Siemens cesa temporalmente el suministro de equipos energéticos para la producción de energía eléctrica previstos en los contratos con sus clientes de Rusia, bajo control del Estado", indicó.
El conglomerado, inmerso en un plan de recorte de personal en Alemania, decidió reforzar el control de sus nuevos contratos con las empresas rusas.
"Este nuevo mecanismo permanente está destinado a garantizar que las entregas se hagan solo después de que Siemens verifique que el equipo será colocado en el lugar previsto por el contrato", puntualizó.
La matriz alemana delegó a la empresa mixta 'Siemens Tecnologías de Turbinas de Gas', en la que tiene el 65 por ciento de participación, y a su filial de Moscú el derecho exclusivo a atender sus pedidos en Rusia.
Philipp Encz, portavoz de la firma alemana, adelantó que están estimando las pérdidas que sufrirá la compañía por el cese temporal de la venta de sus equipos.
"Aún estamos evaluando las pérdidas pero creo que son insignificantes", dijo.
Moscú declaró en repetidas ocasiones que respeta la decisión de los habitantes de Crimea, los cuales votaron democráticamente y en plena conformidad con el derecho internacional y la Carta de la ONU.
En septiembre de 2016, el presidente ruso Vladímir Putin dio por "cerrado históricamente" el tema de la pertenencia territorial de Crimea.