"Catar está dispuesto a entablar conversaciones constructivas con todas las partes si respetan la soberanía y se abstienen de interferir en los asuntos internos del país y se atienen a las leyes internacionales para reconstruir la confianza mutua y dar un paso serio hacia la solución de la disputa existente", dijo Al Thani al reunirse en Pekín con su homólogo chino, Wang Yi.
Este último, por su parte, llamó a los Estados árabes a celebrar conversaciones directas lo más pronto posible para detener la escalada de la crisis e instó a todas las partes del enfrentamiento a ejercer moderación.
Al boicot diplomático de Catar se sumaron posteriormente Libia, Yemen, Maldivas, Mauritania y Comoras; Jordania y Yibuti redujeron el nivel de sus lazos diplomáticos con Doha; Senegal, Chad y Níger llamaron a consultas a sus embajadores en Catar.
El Gobierno de Catar lamentó el bloqueo diplomático al calificarlo de "injustificado", y aseguró que todas las acusaciones carecen de fundamento.