"Debido a su importante rol en la disminución de la pobreza y la desigualdad por ingreso, se prevé la reversión de estos indicadores si no cambia la tendencia internacional de bajos precios de las materias primas", sostiene la investigación.
"El fin del ciclo expansivo puede afectar negativamente la capacidad de financiamiento de las políticas públicas", indica la investigación.
Esa realidad pondría "una mayor presión por mantener los logros sociales alcanzados hasta la fecha, como también para superar las desigualdades territoriales, de género y étnicas, todavía importantes, principalmente en las áreas de educación y salud que a la fecha quedan pendientes", señala la investigación.
La Fundación Jubileo y la Universidad Católica Boliviana remarcan que "las mejoras" en los indicadores sociales en el país "dependieron fuertemente de un contexto excepcional de bonanza económica que afectó tanto el ingreso de las personas como del Gobierno".
En materia de empleo, la investigación advierte que la estructura laboral boliviana sigue concentrada en ocupaciones no asalariadas y en unidades familiares con menos de cuatro trabajadores.
"Las ocupaciones que requieren menos nivel de instrucción fueron las que tuvieron mayor incremento de remuneración, lo que ocurrió tanto entre asalariados como no asalariados" lo que marcó la reducción de la pobreza en el país, dice el documento.
La mayor remuneración a actividades que exigen menor calificación y la disminución del salario real en las ocupaciones más calificadas "fueron el factor más importante en la disminución de la pobreza y la desigualdad en Bolivia, en los últimos 10 años", se lee en la investigación.
Es más, "en términos de la desigualdad de género, la inserción ocupacional de las mujeres siguió caracterizada por trabajos independientes, en el sector familiar y en establecimientos de menos de cuatro trabajadores".
Datos de la Red Boliviana de Mujeres Transformando la Economía señala que un trabajador urbano gana 50 veces más que una mujer trabajadora del área rural.
Durante 2015 se incrementó en 100.000 el número de personas que viven en extrema pobreza, llegando a 693.000 personas en esta situación, lo que "muestra un panorama de alta vulnerabilidad de la pobreza y un riesgo de una posible reversión de los logros obtenidos durante la última década".
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Entre 2004 y 2015 Bolivia logró reducir la pobreza moderada de 63,1% a 38,6% y bajó la extrema pobreza en 18 puntos porcentuales, pasando de 34,5% a 16,8% en el mismo periodo, señala el documento.