El VAR consiste en un conjunto de cámaras que retransmiten a una sala apartada del campo de juego, donde los asistentes de vídeo pueden revisar las jugadas, y generar cambios o reafirmar la decisión del árbitro de la cancha. La incorporación genera defensores y detractores. Para los puristas del deporte el uso de esta tecnología le quita ritmo al partido, o genera más tensión cuando se anula un gol, o se decide una expulsión varios minutos después de la infracción. Aluden además que esta incorporación quita lo impredecible y folclórico del juego, que hasta el momento tenían los partidos con un alto porcentaje de error humano.
Si hubiera existido el VAR en el Mundial de México 86, la mítica "Mano de Dios" de Diego Maradona hubiera sido anulada. Para los ingleses habría sido un buen aliado. "Hay que enfocarlo como una necesidad del fútbol. Es un instrumento para proteger los resultados de los partidos y darle transparencia a las decisiones arbitrales. Es una manera de ayudar al fútbol", dijo a Sputnik Jorge Larrionda, exárbitro e integrante de la Comisión de Arbitraje de FIFA.
Teniendo en cuenta esto, potencialmente todas las acciones dentro del campo son revisables. Por ello, el árbitro de video solo se comunica con el árbitro en la cancha si este comete un claro error, y en ese caso, será él el que tenga la última palabra. Por el momento, el protocolo de FIFA habilita solo al árbitro a pedir para ver una jugada dudosa. Ni los jugadores, ni los entrenadores pueden solicitar una revisión.
"Es la etapa experimental. Estamos evaluando cuáles son los resultados y situaciones en que debemos mejorar. Los árbitros se están adaptando al uso de la tecnología. En la Copa Confederaciones tuvimos un promedio de una intervención por partido, en 16 partidos. El impacto real en la pérdida de tiempo que lleva revisar una jugada es inferior al beneficio que provoca en el juego. Se pierde un minuto y medio que puede ser agregado al final del juego. Este es el precio de hacer justicia", señaló. Agregó también que al juez esta nueva tecnología no solo le da tranquilidad y le permite tomar decisiones con más fundamentos, sino que también es beneficiosa para los futbolistas porque reduce la posibilidad de que pierdan un partido por errores ajenos.