"Colombia experimentó un descenso significativo en la actividad terrorista en 2016, según estadísticas del Ministerio de Defensa, debido en buena parte al alto el fuego bilateral entre las fuerzas del Gobierno" y las FARC y la posterior firma de la paz, señaló el organismo en su Reporte de Terrorismo Mundial 2016.
Al respecto, el Departamento de Estado expresó dudas frente al proceso de reintegración de las FARC, y señaló que aunque el Gobierno de Juan Manuel Santos mantiene conversaciones con el ELN (Ejército de Liberación Nacional), ese grupo rebelde aún secuestra, asesina y comete atentados.
El informe también señaló que antes de la firma de la paz y con el apoyo de EEUU, "las autoridades panameñas han eliminado sustancialmente la capacidad de las FARC de operar en (la provincia de) Darién", que colinda con el noroeste de Colombia, la cual usaban "como base de operaciones, punto de descanso y recuperación y zona de rearme".
Por último, resaltó su preocupación por las bandas criminales, los cultivos ilícitos, el narcotráfico y los inmigrantes indocumentados que se desplazan por las fronteras de Colombia.