Para Washington queda muy poco tiempo hasta que Corea del Norte sea capaz de crear un arma capaz de alcanzar el territorio continental de Estados Unidos. En este sentido, la Administración norteamericana está barajando diferentes opciones para presionar sobre Pyongyang e impedir que se haga con dicha tecnología, escribe Cliff.
Intento fallido
El hecho de que Pyongyang posea armas nucleares hace que Washington ni siquiera esconda su deseo de llevar a cabo el cambio de poder en Corea del Norte. Estados Unidos y Corea del Sur de verdad podrían invadir el Norte y derribar al Gobierno del país en caso de estar dispuestos a sufrir pérdidas humanas y materiales enormes, menciona el autor.
Por consiguiente, las armas nucleares de verdad podrían ser la única manera de garantizar la supervivencia de la jefatura norcoreana, en calidad de medio de disuasión.
Los intereses de China
Además, el colapso del Gobierno juche en Pyongyang probablemente causaría la absorción del Norte por su vecino del sur. Como resultado, China se limitaría con una Corea unida, aliada de Estados Unidos.
En otras palabras, aunque a China le gustaría ver una Corea desnuclearizada, es obvio que Pekín preferiría que Pyongyang mantuviera sus armas nucleares para evitar su colapso y la aparición de un fuerte aliado de EEUU en la cercanía inmediata del gigante asiático, reza el artículo.
La solución que les convendría a todos
Si bien Washington considera que este trato solo tendría un valor simbólico, para Pyongyang este sería un reconocimiento de su independencia por parte de EEUU.
En particular, si Estados Unidos asegura a China que no tratará de poner en peligro la existencia indefinida de Corea del Norte, los líderes del país juche podrían quedarse bastante satisfechos con la propuesta.
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Es evidente que Pyongyang preferiría garantizar su existencia con un arsenal nuclear más que con un tratado de paz. Entonces no hay garantías de que el enfoque tenga éxito, pero es verdad que hasta hoy ninguno de los demás funcionó hasta la fecha, concluyó el autor.