"El Gobierno del Reino Unido ha puesto sobre la mesa una oferta seria y muy justa sobre la ciudadanía, (que demuestra) cómo valoramos a los 3.2 millones de ciudadanos en nuestro país", declaró el jefe de la diplomacia británica.
El negociador de la UE, Michel Barnier, ha descalificado por insuficientes y vagas las garantías ofrecidas por el Ejecutivo de Theresa May a los actuales residentes de la UE en las islas británicas.
En esta fase inicial, el proceso se centra en tres grandes apartados de los términos del divorcio: los derechos de la ciudadanía (incluidos los británicos que viven en el Continente), la factura de la retirada y la frontera externa de la UE entre la República de Irlanda y el territorio británico de Irlanda del Norte.
"Es de suma importancia para nosotros que avancemos (en el proceso), que negociemos estos puntos e identifiquemos los desacuerdos para intentar resolverlos", señaló Davis antes de reunirse con Barnier.
La primera ministra está gobernando con una minoría parlamentaria y sin autoridad para imponer la disciplina entre los miembros de su propio Gabinete.
Londres aspira a concluir las negociaciones del divorcio y de la futura relación con la UE antes del 30 de marzo 2019, cuando expira el plazo oficial según el reglamento de la UE.