De acuerdo con el columnista, el rearme de la flota submarina es el objetivo prioritario de la Armada de Rusia. Según Krámnik, el programa clave, independientemente de cuál sea la situación económica del país eslavo, es la modernización de las Fuerzas Nucleares Estratégicas de Rusia. Además de los portamisiles de fabricación soviética, la Armada cuenta con tres cruceros de misiles submarinos del proyecto 955 Borei, que entraron en servicio en 2013 y 2014. Además, cinco sumergibles más entrarán en servicio entre los años 2018 y 2021.
Actualmente, la Armada rusa cuenta con 26 submarinos polivalentes pertenecientes a seis proyectos distintos. Sin embargo, la mitad de los sumergibles rusos está en fase de reparación, mientras que solo seis u ocho submarinos nucleares —entre ellos, los portamisiles del proyecto 949A y los 'cazadores submarinos' de los proyectos 971, 945 y 671RTMK— están listos para el combate, indicó Krámnik. Al mismo tiempo, Rusia necesita al menos dos docenas de sumergibles en estado de alerta permanente para satisfacer las necesidades a las que se enfrenta el país.
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En cuanto a los sumergibles de tercera generación, se prevé que en los próximos años Rusia reduzca su número. Según informó Krámnik, lo más probable es que en la Armada solo queden cuatro submarinos portamisiles 949A modernizados, además de seis 'cazadores' del proyecto 971.
En lo que respecta a los 'asesinos de portaviones' del proyecto 949A, serán equipados con 72 lanzadoras universales para misiles de crucero Kalibr y Oniks, en lugar de las 24 lanzadoras de misiles pesados PKR P-700 del complejo Granit.
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Dos submarinos nucleares del proyecto 949A, el K-132 Irkutsk y el K-442 Cheliábinsk, así como dos sumergibles del proyecto 971 —el K-461 Volk y el K-328 Leopard— ya están en proceso de reparación. Sin embargo, los expertos militares opinan que el costo de los trabajos de modernización de estos buques soviéticos es comparable al de la fabricación de un nuevo buque nuclear, debido a que los sumergibles de los proyectos soviéticos no estaban diseñados para ser sometidos a una modernización tan profunda.
Además, Rusia ya está lista para comenzar la construcción de submarinos atómicos estratégicos de quinta generación del proyecto Husky —según la clasificación de EEUU—. Se espera que el submarino insignia sea botado a partir de 2020.
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En cuanto a los submarinos diésel diseñados para operar en los mares Báltico, Negro, Mediterráneo y del Japón, así como cerca de las costas de los océanos Ártico y Pacífico, podrían ser sustituidos por los submarinos del proyecto 636. La Armada de Rusia ya hizo un pedido para adquirir 12 sumergibles de esta clase, y podría adquirir más submarinos 636 en un futuro próximo.
Krámnik también sugirió que al final de la próxima década, la Armada rusa contará con entre 12 y 18 submarinos del proyecto 636 y entre 6 y 9 sumergibles de nueva generación equipados con sistemas de propulsión capaces de funcionar sin aire, lo que aumentará considerablemente la autonomía de las naves.