El alto cargo militar hizo estas declaraciones al comentar el regreso a la vida normal de Bengasi, segunda ciudad más importante de Libia, tras su reconquista de manos de los terroristas el 5 de julio, después de una operación de más de dos años del Ejército Nacional de Libia contra Daesh y Al Qaeda (prohibidos en Rusia).
El comandante señaló que en Bengasi "las unidades de las fuerzas de seguridad deben trabajar día y noche para elaborar un plan para garantizar la seguridad, haciendo imposible toda violación".
Indicó que los equipos de ingenieros "llevan a cabo tareas difíciles y peligrosas: neutralizar las bombas colocadas por los terroristas en caminos entre los barrios residenciales, en viviendas, mezquitas, colegios y plazas".
Mencionó a la vez que garantizar la seguridad en la ciudad supone también poner bajo control las armas que circulan entre la población.
Libia vive una profunda crisis desde 2011, año en que fue derrocado y asesinado su líder Muamar Gadafi, tras lo cual surgió una dualidad de poderes.
Desde el 31 de marzo de 2016, funciona en Trípoli el Gobierno de Unidad Nacional, reconocido como legítimo por el Consejo de Seguridad de la ONU.
Sin embargo, ese Gobierno no cuenta con el reconocimiento de la Cámara de Representantes (Parlamento) en Tobruk, apoyado por el Ejército Nacional.