Se trata de la cuarta prórroga del estado de excepción.
El presidente del país, Recep Tayyip Erdogan impuso el estado de excepción hace un año, después del intento de golpe de Estado.
En mayo pasado Erdogan declaró que la medida no se levantará hasta que se logre la estabilidad y la seguridad en el país.
En la noche del 15 de julio de 2016, Turquía vivió una intentona golpista que dejó un saldo de más de 240 muertos y 2.000 heridos, además de provocar más de 30.000 detenciones y la destitución de unos 100.000 funcionarios.
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Bajo el estado de emergencia, las autoridades turcas tienen amplios poderes para tomar decisiones como el despido de funcionarios, la confiscación de sus bienes o las detenciones de sospechosos de estar implicados en la organización del golpe frustrado.