Jaritónov está en Montevideo, segunda parada de su travesía en América Latina, que lo llevará ahora a Bolivia, para visitar el lugar donde murió el Che Guevara, otro motociclista, y de ahí para arriba hasta llegar a Estados Unidos, Canadá y Alaska, por donde entrará otra vez a Rusia, recorriendo Siberia hasta llegar a Moscú.
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La idea del motociclista es volver a Rusia el 20 de agosto de 2018, para llevar a su hija de 6 años a su primer día de clase; también tiene otro hijo de 18 años. De la experiencia, más allá de los lindos paisajes, rescata a la gente que se encuentra en el camino. Pese a no hablar otro idioma que el ruso, logró generar vínculos profundos.
"En todos los lugares del mundo la gente simple, la gente común siempre es muy sensible hablando con el viajero. Esto pasa, aunque todos tengamos algunos prejuicios. Cientos de veces he pedido ayuda, nunca he sentido rechazo. He llegado a la conclusión que todos los seres humanos en la tierra somos un solo organismo, la fuerza que nos empuja es la fuerza de lo bueno".