"En respeto al principio de la separación de los poderes no procede la judicialización de actos de naturaleza interna (…) practicados en las casas parlamentarias, evitando así convertir al poder judicial en instancia de revisión de decisiones tomadas en procedimiento legislativo", escribió la presidenta del Supremo, Cármen Lúcia Antunes, para justificar su rechazo, citada por el diario Folha de São Paulo.
La reforma laboral es una de las principales medidas económicas impulsadas por el Gobierno Temer, que la considera clave para estimular la creación de empleo y la salida de la crisis.
En cambio, los sindicatos, la oposición y movimientos sociales de izquierda consideran que creará más precariedad y acabará con los derechos que los trabajadores brasileños conquistaron en las últimas décadas, por lo que en los últimos meses promovieron dos huelgas generales.