Gracias a la victoria en la batalla de Mosul, el Gobierno iraquí cumplió con su promesa de liberar la ciudad. Ahora el Ejército se dirige hacia otras localidades donde todavía hay presencia de terroristas, declaró el representante del Gobierno iraquí Saad Hadisi.
Hadisi reconoció que quedan muchos problemas pendientes. Ante todo, el país necesita reconstruir sus núcleos urbanos destruidos por los combates y unir a sus ciudadanos.
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"Estos son los dos mayores desafíos para Irak. Preservar la paz entre los habitantes de las zonas liberadas es igual de importante que la lucha contra Daesh. Hay que solucionar este reto con toda responsabilidad y diligencia", recalcó.
El representante del Ejecutivo iraquí añadió que la seguridad y el orden en Mosul estarán garantizados por la policía local y los voluntarios de estas zonas. Además, el Ejército ayudará a vigilar la paz en la ciudad hasta que la situación se estabilice.
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El politólogo iraquí Jaled Naser, por su parte, puso de relieve que el Ejército iraquí sigue con su lucha contra los yihadistas de Daesh —organización terrorista proscrita en Rusia y otros países—, aunque estos se hayan retirado de Mosul.
"A corto plazo ya se podrá decir que Irak entero ha sido liberado de los terroristas. Pero es mucho más difícil derrotar a la ideología. Esta idea ha contagiado a mucha gente. La batalla por las mentes seguirá y requerirá otras tecnologías y estrategias", aseguró.
Naser reconoció que la sociedad iraquí está muy dividida. De hecho, las fuerzas políticas no tienen unidad en cuanto a las relaciones con Estados Unidos y a su papel en el futuro de Irak, concedió.
El entrevistado concluyó que la cuestión de la presencia estadounidense se debatirá en las elecciones parlamentarias venideras.
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