"Tenemos leyes establecidas contra cualquier actividad terrorista, tenemos nuestras propias normativas y una unidad dentro del Banco Central para revisar las actividades bancarias", afirmó Thani en una entrevista con el canal de televisión CNBC
El jeque afirmó que Catar no esconde sus libros contables y da la bienvenida a cualquier auditoría externa.
"Estamos trabajando con el FMI y otras instituciones para establecer nuestras leyes, la auditoría y las revisiones", recalcó.
Al boicot diplomático de Catar se sumaron posteriormente Libia, Yemen, Maldivas, Mauritania y Comoras; Jordania y Yibuti redujeron el nivel de sus lazos diplomáticos con Doha; Senegal, Chad y Níger llamaron a consultas a sus embajadores en Catar.
El Gobierno de Catar lamentó el bloqueo diplomático al calificarlo de "injustificado", y aseguró que todas las acusaciones carecen de fundamento.
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Para normalizar las relaciones, los promotores del boicot presentaron a Catar una serie de condiciones, entre ellas, el cierre de la cadena de televisión Al Jazeera, la ruptura de los vínculos con Irán y con el movimiento de los Hermanos Musulmanes, así como el desmantelamiento de una base militar turca, pero Doha rechazó sus exigencias.