Se espera que este complejo, equipado con un proyectil balístico pesado de 100 toneladas, sustituirá en un futuro próximo a los sistemas de misiles transportados en ferrocarriles soviéticos RT-23 Molodets, que se pusieron en funcionamiento en el año 1987 y fueron dados de baja en 2005.
Según explicó en su artículo para la revista Svobodnaya Pressa el experto militar Vladímir Tuchkov, gracias a la adopción de los sistemas Barguzin, las Fuerzas de Misiles Estratégicos de Rusia volverán al nivel de potencia equiparable con el existente en la década de los 90.
De acuerdo con el experto, los sistemas rusos —diseñados por el Instituto de Tecnología Termal de Moscú— superarán a su predecesor soviético en cuanto al alcance, la precisión, así como a características importantes, como la habilidad de evitar cualquier sistema de defensa antimisiles.
Tras los informes de inteligencia estadounidense acerca de la supuesta creación por la URSS de un complejo similar en las décadas de los 70 y 80, EEUU volvió al desarrollo de los sistemas de proyectiles ferroviarios, tras lo cual fabricó varios complejos de misiles Peacekeeper Rail Garrison, disfrazados de vagones de carga y equipados con los misiles MGM-118 Peacekeepers. Sin embargo, el Pentágono nunca realizó el ensayo del complejo, lo que coincidió con la disolución de la URSS.
En cuanto a los sistemas soviéticos RT-21 Molodets, constaba de 17 vagones y tres locomotoras poderosas. Según indicó Tuchkov, en aquel entonces, "no tenía parangón ni en la URSS, ni en el mundo". Para el año 1991, Rusia ya tenía 12 complejos de este tipo. Los sistemas Molodets tenían una autonomía de 28 días e incluso eran capaces de sobrevivir al impacto de una explosión nuclear, subrayó Tuchkov.
"En 1991, en Plesetsk se llevó a cabo un experimento de simulación de una explosión nuclear, utilizando minas antitanques alemanas con un poder explosivo de 1.000 toneladas de TNT. Inmediatamente tras la explosión, el complejo Molodets funcionó de manera normal", explicó.
Los Molodets también contaban con un lanzador de misiles avanzado que no dañaba ni el propio tren ni las vías del ferrocarril. Además de esto, los sistemas de control de vuelos diseñados en los años 80 permitían realizar lanzamientos desde cualquier punto de la ruta del RT-23 en tan solo tres minutos después de recibir una orden por parte del Estado Mayor.
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Sin embargo, en 1991, EEUU llevó a cabo una campaña para activar el desarme del arsenal nuclear estratégico de Rusia, y, en particular, obstaculizar el funcionamiento de los sistemas Barguzin. Como resultado, tras la firma del tratado START II en 1993, Rusia fue obligada a destruir todos los misiles RT-23UTTKh. Diez trenes Molodets sin ojivas se expusieron en la Planta de Reparación de Briansk.
Además de esto, debido al hecho de que los Yars solo tienen un peso de 50 toneladas, lo que es la mitad del peso de los RT-21, los sistemas ferroviarios serán capaces de portar seis misiles en vez de tres, así como ya no necesitarán tres locomotoras, como era el caso de los Molodets, concluyó el experto militar.