Según reportó la agencia Bloomberg citando fuentes cercanas a las investigaciones, la principal sospechosa del ataque informático es Rusia.
En tanto, expertos en seguridad informática declararon que no disponen de pruebas que vinculen a grupo o Estado alguno a este ataque.
"Por ahora no relacionamos esto con un grupo concreto", afirmó el principal analista de la compañía FireEye Inc, Sean McBride.
El representante de la central electronuclear informó que los hackers lograron ingresar en la red corporativa de la empresa gestora, lo cual no constituyó una amenaza para su control operativo.
Las acusaciones contra los "hackers rusos" se han convertido en un tópico para los políticos occidentales, que no obstante la frecuencia de sus declaraciones, no se apuran en sustentarlas con algún tipo de prueba.
Esta campaña, según el informe, habría sido aprobada al más alto nivel e incluyó hackeos, filtraciones y el uso de medios de información y redes sociales pero no repercutió en el conteo de votos.
El Gobierno ruso negó rotundamente su implicación en los supuestos ciberataques a las elecciones estadounidenses.
Hasta la fecha, la Casa Blanca no ha presentado ninguna prueba que confirme sus acusaciones.