Según los datos de la agencia Notimérica, se han encontrado los restos de dos torres con cientos de cráneos, entre ellos de mujeres y niños, en excavaciones en pleno centro histórico de Ciudad de México.
El hallazgo deja preguntas sin responder sobre la cultura de los sacrificios del imperio Azteca, según los arqueólogos.
Se trata de dos torres de cráneos que posiblemente formen parte de Gran Tzompantli, ubicado frente al Templo Mayor y dedicado a la principal deidad de los mexicas, donde se exhibían los cráneos de los sacrificados.
Un tzompantli en la civilización mexica era un altar donde se empalaban ante la vista pública las cabezas de los cautivos sacrificados con el fin de honrar a los dioses. El llamado Huei Tzompantli o Gran Tzompantli del Templo Mayor lo descubrieron en el 2015 a dos metros de profundidad bajo el piso de una casona colonial, en el corazón de la Ciudad de México un equipo de especialistas del Programa de Arqueología Urbana (PAU), del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
Asimismo explica que el hecho de que sean cráneos tan heterogéneos, de personas de diferentes partes de Mesoamérica, incluidos de mujeres y niños, pone en entredicho la hipótesis de que solo fueran sacrificados hombres guerreros cautivos para ofrecerlos al dios Huitzilopochtli.
El equipo de Raúl Barrera parece no tener dudas en cuanto a que el hallazgo de una de las torres de cráneos que reposa sobre la superficie del Huei Tzompantli coincide con el relato del militar y cronista extremeño Andrés de Tapia, que llegó a Tenochtitlan en la leva de la conquista, y en el que narra cómo era el tzompantli.