"El SBU estableció que los servicios secretos de Rusia están implicados en el ataque del virus extorsionador Petya.A", dice el comunicado.
Según el SBU, el objetivo del virus fue "la destrucción de datos importantes, la interrupción del trabajo de las instituciones públicas y privadas en Ucrania y la propagación del pánico entre la gente".
El 27 de junio una serie de entidades comerciales de Ucrania denunció un ataque informático con el uso de un virus desconocido.
Más tarde se supo que el virus se había propagado por varios países.
El miembro del Comité de política de información de la Duma Estatal de Rusia, Vadim Denigin, calificó las declaraciones de SBU como un fake.
"Ellos buscan cualquier pretexto, hacen cualquier cochinada para acusar a la Federación de Rusia", declaró.
Las inculpaciones sobre los supuestos ciberataques rusos de vez en cuando se oyen de boca de políticos extranjeros, pero no tienen prisa en presentar ninguna prueba.
El nuevo virus secuestrador afectó los servidores de empresas petroleras, energéticas, farmacéuticas, de telecomunicaciones y los organismos públicos.
Según opina ESET, el nuevo ciberataque global usó una nueva variante de Petya, combinada con el exploit de SMB (EternalBlue) que WannaCry se utilizó para entrar en la red.
El software EternalBlue, diseñado por la Agencia Nacional de Seguridad de EEUU (NSA) filtrado por el grupo de hackers Shadow Brokers, sirvió de base para el virus secuestrador WanaCrypt0r 2.0 que en mayo pasado bloqueó más de 200.000 ordenadores en unos 150 países.