"Estaremos listos para votar en el momento en que sea necesario (…) si se atrasa uno o dos días no pasa nada, siempre que se vote rápido", aseguró el jueves el presidente del Senado, Eunício Oliveira, del gobernante Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), citado por el portal de noticias UOL.
Oliveira leyó este jueves en el Senado una petición del senador Romeró Jucá (también del PMDB) para que la reforma se tramite con carácter de urgencia, lo que implicaría que las enmiendas que se están presentando en esta fase puedan debatirse directamente, sin que las comisiones que deberían evaluarlas den su visto bueno.
Finalmente, ante la falta de suficientes senadores, la votación para acelerar la reforma quedó aplazada para el próximo martes.
La reforma laboral ya fue aprobada en la Cámara de Diputados y ahora solo falta que la vote el plenario del Senado para que entre en vigor, lo que previsiblemente sucederá a principios de julio.
Los senadores quieren acelerar los trámites porque a partir del 17 de julio el Congreso cierra por vacaciones.
La reforma laboral es uno de los proyectos más controvertidos del Gobierno, pero Temer y sus aliados defienden que ayudará a crear empleo porque flexibiliza las relaciones y normas que rigen el mundo del trabajo.
Sin embargo, la oposición y los sindicatos alertan de que aumentará la precariedad y acabará con derechos básicos de los trabajadores brasileños.
La controversia llegó incluso al propio partido de Temer, el PMDB, ya que el miércoles el senador Renan Calheiros anunció que dejaba de ser el jefe del bloque del partido en el Senado por estar totalmente en desacuerdo con el texto de la reforma.
Este viernes los principales sindicatos convocaron a una jornada de protestas en todo Brasil contra la reforma.
En principio iba a tratarse de una huelga general, pero finalmente solo los sindicatos situados más a la izquierda (como la Central Única de los Trabajadores) harán un llamamiento a paralizar el país.
Los últimos pasos de la tramitación de una de las principales medidas impulsadas por Temer se producen justo cuando el presidente pasa por su peor momento, dado que esta semana fue denunciado formalmente por un presunto delito de corrupción pasiva, lo que tampoco ayuda a la hora de reunir los apoyos suficientes para sacar adelante el texto.