Una bomba que porte alrededor de 35 kilos de trinitrotolueno es lo suficientemente potente como para perforar el casco de cualquier submarino. Ante un ataque de la nueva arma, el enemigo ni siquiera tendría tiempo para comprender qué está pasando, porque la bomba Zagon-2E carece de motor y es totalmente silenciosa.
De hecho, el aparato se hunde por su propio peso y, por lo tanto, lo hace de una manera absolutamente sigilosa, descendiendo, sin embargo, a 18 metros por segundo, una velocidad más que respetable. Es por eso que esta bomba es más peligrosa que cualquiera de los torpedos contemporáneos.
"Los diseñadores lograron aumentar casi el triple el poder de destrucción de la Zagon-2E. Además, comparando el nuevo dispositivo con la bomba Zagon-1, el coste de llevar a cabo una misión de combate se ha reducido en tres veces", señalaron desde el servicio de prensa del grupo Tejmash, la empresa fabricante del arma.