La sensación es la de estar en una película futurista. Entras y no hay nadie para atenderte. Te diriges a una especie de cajero electrónico con un iPad a través del cual eliges el menú o los ingredientes de tu plato. Registras tu nombre, pagas con una tarjeta bancaria y aguardas. También es posible hacer el pedido a través del celular, una vez instalada la aplicación, para ganar tiempo.
En una cuestión de pocos minutos la comida es servida a través de un dispensador automático con una ventanilla digital que anuncia el nombre del cliente en la pantalla y se abre con tecnología touchscreen.
Si bien la tecnología es la protagonista del Eatsa, la marca apuesta a una dieta vegetariana, con opciones veganas, como una alternativa "mejor" y "más rápida" del estilo fast food, normalmente relacionado con la comida chatarra. La red promociona sus alimentos como productos frescos, que, al menos por ahora, no se han convertido en cápsulas vitamínicas para astronautas.
Entre los ingredientes populares están el aguacate y la quinoa. Pero también hay opciones más sencillas como pasta.
Algunos comentarios de internautas en Instagram advierten, entusiasmados, de que todo el procedimiento de hacer el pedido puede llevar tiempo ante la gran variedad de opciones para elegir. Postres y jugos también están disponibles para acompañar.
Actualmente, el restaurante supersónico cuenta con siete filiales en Estados Unidos: tres en California, dos en Nueva York y dos en Washington DC. Si la moda se expande, los empleos de camareros estarán en riesgo de extinción.